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lunes, 1 de febrero de 2016

Euroescepticismo alemán toma brío y gira hacia la xenofobia contra el asilado

BERLÍN. La euroescéptica Alternativa para Alemania (AfD) ha cobrado brío tras orientar su mensaje hacia la xenofobia contra el asilado, en plena caída de popularidad de Angela Merkel y en un país que, a escala parlamentaria, parecía inmune al populismo ultraderechista.
La líder de AfD, Frauke Petry, se pronunció a favor de “hacer uso de las armas”, en caso de extrema necesidad, contra los refugiados que crucen ilegalmente las fronteras Un 12 % pronostica para la AfD el sondeo del instituto Emnid difundido este domingo, el mayor porcentaje hasta ahora estimado por las encuestas a una formación que parecía agónica tras no haber logrado acceder al Bundestag (Parlamento) en la generales de 2013.
Del rechazo al euro -y al rescate a Grecia- con que nació hace tres años ha pasado a adoptar contenidos que la aproximan a Pegida -Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente-.
Su presidenta, Frauke Petry, desató el sábado un considerable revuelo al pronunciarse de favor de que la policía fronteriza “haga uso de las armas” para impedir que un refugiado entre en el país de forma ilegal, en caso de necesidad extrema y “de acuerdo a la ley”.
La vicepresidenta Beatrix von Storch añadió leña al fuego este domingo, al responder a la cascada de reacciones, desde su cuenta en Facebook, con un simple “sí” a la pregunta de si también puede dispararse sobre mujeres y niños. Poco después se corregía a sí misma y decía que se refería “sólo” a las mujeres.
El escándalo sigue al generado unas semanas atrás por un líder regional -Björn Höcke-, al hablar de unas supuestas “diferencias genéticas entre africanos y europeos”.
“Hay serias dudas de que la AfD se ciña al orden constitucional democrático de Alemania”, aseveró el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, al dominical del diario “Bild”.
La AfD debería estar bajo observación del Departamento de Defensa de la Constitucional -el espionaje interior-, apuntó Gabriel, quien recordó que Petry, nacida en territorio de la Alemania comunista, debe saber lo que significa disparar en la frontera.
“El último político alemán que dio orden de disparar contra refugiados fue Erich Honecker”, apuntó el jefe del grupo socialdemócrata del Bundestag, Thomas Oppermann, asimismo en alusión a los germanoorientales muertos al pasar al lado occidental.
A las críticas del ámbito político se sumó la precisión del presidente del sindicato de la Policía, Jörg Radeck, según el cual la ley no contempla que se dispare contra quien cruza ilegalmente la frontera, salvo en defensa propia o ante inminente peligro.
AfD busca capitalizar voto de protesta
Petry, de 40 años y nacida en Dresde, la ciudad donde surgió Pegida, se colocó al frente de la AfD en 2014, en plena división entre la apuesta por una vía neoliberal y el populismo radical.
Tras la llegada masiva de refugiados -1,1 millones recibió Alemania el año pasado- y las críticas a Merkel por su gestión de esa crisis, la AfD aspira a capitalizar el voto de protesta ciudadano, incluido el claramente xenófobo.
El blindaje del sistema electoral alemán frente a formaciones minoritarias -basado en el listón del 5 %, mínimo para obtener escaños- ha dejado sin acceso al Bundestag a la ultraderecha, que durante décadas solo obtuvo presencia esporádica en algunos “Länder”.
Mientras las formaciones xenófobas han avanzado en otros países europeos -sea el Frente Nacional francés o sus equivalentes en Holanda y Escandinavia-, Alemania parecía inmune a ellos en lo que al espectro parlamentario federal se refiere.
La máxima expresión de las consignas populistas se reservaba a la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y ahora el gran azote interno a la gestión de la crisis de los refugiados por parte de la canciller.
El año electoral alemán se abre el 13 de marzo con comicios en los “Länder” de Baden-Würtemberg, Sajonia-Anhalt y Renania Palatinado. La canciller multiplicará su presencia en campaña, algo que esta vez quizás no actúe en beneficio de sus líderes regionales.
Merkel ha modificado su línea, articulado a toda prisa medidas restrictivas a las leyes de asilo y agilizado las posibilidades de expulsión de quienes vean rechazada su solicitud a Alemania.
Su apuesta fue la integración de los refugiados en el tejido social y laboral, pero ayer sábado afirmó que muchos de quienes reciben asilo deberán volverse cuando termine la guerra en su país.
Las regionales de marzo se presentan cuesta arriba para Merkel, mientras que Petry se prepara para festejar como un triunfo su previsible acceso a las cámaras de estos “Länder”, a modo de preámbulo para las generales de 2017.

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